Hace un par de semanas me enzarcé en una discusión con uno de esos nutricionistas “influencers” que corren por las redes sociales (ya hablé de ellos la semana pasada) porque publicó un contenido en su Instagram que estaba patrocinado por una marca de palomitas al microondas (presentaba su versión saludable, baja en sal, y él afirmaba que se iba a hacer una bolsa para ver una serie esa noche en casa). Tras varios dimes y diretes sobre si era o no cuestión de dinero la visión que él tenía de la nutrición y de la salud de la gente, acabó diciéndome: “si yo me metiera en tu nevera seguro que encontraría mínimo cinco cosas que tú misma dices que no se deben consumir“.
Así que, dicho y hecho, me he ido a mi nevera y, para no pecar de hipócrita, como hace él, os voy a contar cinco pecados que encontraríais en mi nevera:
- Lácteos: ya sabéis que soy intolerante a la lactosa, pero no debo eliminarla completamente de mi dieta para no dejar de generar lactasa. Tras varias meteduras de pata he encontrado el equilibrio sobre lo que puedo comer o no y eso me ha permitido introducir de nuevo algunos lácteos en mi vida: Queso curado, yogur de cabra, kefir, parmesano rayado…
- Embutido: Compramos el embutido más sano que encontramos, normalmente de la marca Alejandro que es carne, agua y sal, pero aún así la carne procesada no es la más recomendable del mundo y yo soy la primera que os pido que la limitéis en vuestra dieta. Pero no lo voy a negar, en casa siempre hay algo de chorizo, jamón ibérico o de Trevélez y alguna cabeza de jabalí.
- Patatas fritas de bolsa: Están muchísimo más buenas las que os enseñé a hacer yo en en la entrada de la Mcpaleo pero no siempre tengo tiempo o ganas de ponerme a hacerlas, así que recurro también a la opción envasada. Al igual que con el embutido busco la marca menos mala posible, pero no es algo de lo que sentirse orgullosa.
- Alcohol: Vino y espirituosos. Aunque para nada es una costumbre y no consumo alcohol más que en ocasiones especiales, no voy a negar que cuando salgo con mis amigos me tomo un vino, dos y los que encarten (cada vez encartan menos porque la falta de costumbre hace que se me suba a la cabeza muy rápido).
- Regaliz: Me encanta el regaliz negro, cuanto más duro y salado mejor, pero no siempre encuentro opciones sin azúcar, y a veces en casa aparece alguna bolsa menos saludable de lo habitual y que voy comiendo lo más lentamente que puedo.
La verdad es que me ha costado hacer esta entrada, pensaba que iba a ser mucho más fácil encontrar mis pequeñas “hipocresías”, pero soy más buena de lo que yo mismo creo.
¿Y vosotros? ¿Cuales son vuestros pecados capitales?