Querido Nutricionista Gurú:
Llevaba tiempo queriéndote escribir, más que nada porque he intentado hablar contigo de forma privada y, o me has ignorado o bien me has contestado solo para hacerme ver que con “gente como yo” no vale la pena hablar. Quizás no leas nunca esta carta, o más bien quizás digas que no la has leído nunca, porque es curioso como tú no pierdes el tiempo en leer blogs mediocres como el mío, pero aparecen entradas en el tuyo que son calcadas a algunas que he hecho yo apenas una semana antes. ¿Inspiración? ¿Casualidad? De curiosidades como esta está la web llena.
¿Sabes? No eres Dios. Te has encumbrado en tu reino de califas, protegido por esa fauna extraña que son los adoradores de “influencers” y piensas que tu palabra es ley, pero no lo es. El mundo avanza, crece, se desarrolla, y tú estás encerrado en esas teorías de las que nadie te puede sacar. Si alguien intenta rebatirte, te muestra evidencias, te señala, o te corrige, tu le castigas con tu más dura burla que, además, publicas y señalas en redes sociales. Grabas un directo en Instagram, comienzas un hilo en Twitter, haces una captura de la conversación en Facebook, todo con el objeto de que tus seguidores te ayuden al escarnio personal. Porque te crees por encima de todo y de todos, y no te hace falta escuchar, ya aprendiste algo en su momento y no necesitas más (nos ha quedado muy claro que eres Nutricionista graduado, no nos lo recuerdes otra vez).
De repente te has vuelto mediático, algo que ni tu mismo te puedes explicar. Apareces en radio, televisión, revistas, escribes libros y cuelgas fotos en Instagram de toda tu familia comiendo verduras ecológicas. Tus hijos, abuelos, primos y pareja toman garbanzos en lugar de galletas, y hasta tu perro elige zanahorias en lugar de pienso. Y todo eso está genial, siempre que entiendas que tus formas, tu tono, tus afirmaciones y tu actitud con aquellos que no siguen lo que promulgas no son las correctas. El resto del mundo que no es afín a tus “enseñanzas” no merece desprecio, humillación ni burla gratuita. Cuanto menos, merecen que los valores, los escuches y los corrijas si es necesario, sin más. Cuando pierdes las formas, pierdes la razón.
Has olvidado que una parte importante de tu función debería ser social y que mantener la mente abierta, intentar ponerte en la piel del otro, en sus circunstancias vitales, creencias y formas de pensar es imprescindible para alguien que está en tu posición. Lo importante es formar, enseñar, educar, y la nutrición es algo tan evolutivo y tan adaptable como tipos de personas hay en el mundo. ¿Alguna vez has pensado que escuchando también aprendes? ¿Alguna vez te has planteado que quizás no todo el mundo pueda ser como tú o acceder a los recursos que tú tienes? ¿Se te ha pasado por la cabeza que pudieras estar equivocado? Recuerda que hace años los especialistas recomendaban comer, con la misma rotundidad que ahora afirmas tú algunas cosas, solo dos huevos a la semana. No sé en que cueva estarán metidos ahora después de la evidencia pública de lo contrario. Quizás algo así podría pasarte a ti.
Te diría muchas más cosas, pero no vale la pena. Vas a seguir encerrado en tu mundo de nutrición extrema que, sinceramente, no sé ni si tú mismo cumples. Te imagino escondido en un cuarto a oscuras devorando una bolsa de chucherías mientras lloras de vergüenza, o comiendo un filete de carne roja mirando alrededor para que nadie te descubra. De verdad, hazme caso, sáltate de vez en cuando todas las normas y vive. Come con hambre, bebe con sed y folla con ganas, igual se te va ese cabreo constante que tienes con el mundo.
Querido nutricionista gurú, deja de mirarte el ombligo y mírate de vez en cuando el culo, igual estás echando demasiada mierda.
Mucho amor,
Nur
PD: Esta carta no va dirigida a un Nutricionista en concreto, no me preguntéis si estoy hablando de tal o de tal otro, o de la otra Bloguera con la que siempre me relacionáis. Estoy hablando de un conjunto de nutricionistas (si estáis metidos en el mundillo seguro que los conocéis) que actúan tal y como os describo. Todo lo que cuento es cierto, he intentado hablar con ellos en alguna ocasión, también gente de mi entorno, y las respuestas han sido para hacer yo una captura de pantalla y enseñaros la conversación… pero yo soy, y espero seguir siendo, de otra pasta. Si algún día me hago famosa, soy una nutricionista influencer, y me pongo encima de un altar, tenéis permiso desde ya para venir uno a uno a pegarme una colleja.
Besotes