Aunque hoy iba a hablar de alimentación en la lactancia (casi cerrándo el ciclo que inicié hace algunas semanas), dos circunstancias me han hecho cambiar de idea.
La primera, no he tenido tiempo de preparar la entrada de hoy y, aunque podría quedarme escribiendo hasta las doce sobre lactancia estoy realmente cansada, y en estas circunstancias no escribo muy bien. Tengo que releer continuamente lo escrito porque voy cometiendo errores a causa del cansancio.
La segunda, estoy leyendo “Sapiens, de animales a dioses” que no es un libro de nutrición ni un libro paleo, pero que habla claramente de los principios de la dieta evolutiva basándose en la historia del homo sapiens a través del tiempo. Yuval Noah Harari, su escritor, traza una breve historia de la humanidad, usando conocimientos de historia, antropología, biología o genética, desde los primeros humanos que caminaron sobre la Tierra hasta los radicales y a veces devastadores avances de las tres grandes revoluciones que nuestra especie ha protagonizado: la cognitiva, la agrícola y la científica. Quiero reproduciros aquí un breve trozo del libro para animaros a que hoy mismo vayáis a la librería de vuestro barrio a encargarlo y para que comprobéis que la dieta evolutiva tiene una clara explicación científica. El gen tragón.
Y solo puede mejorar…