Llevo un par de viernes hablando de cetosis, de keto adaptación y de cómo me he sentido los primeros diez días, pero en ningún momento he abordado directamente el tema de la gripe keto, y pese a que hay un porcentaje de gente que al empezar una dieta cetogénica no la sufre, una gran mayoría pasamos por este cúmulo de síntomas que nos hacen más difícil inicialmente la adaptación a la nueva dieta.
Qué es la gripe keto
Ya lo hablábamos la semana pasada, estamos acostumbrados a ingerir un 50 % o más de las calorías de nuestra dieta en forma de hidratos de carbono, tenemos un cuerpo feliz de acumular grasa y más grasa para un invierno que nunca llega y nuestra nevera no deja de darle alegrías a nuestro cerebro en forma de azúcares simples (que sí, que tú no comes azúcar, pero tomas un montón de dátiles, pasas, fruta… amigo, eso es un carbohidrato simple). En el momento que dejamos de consumir esas cantidades de hidratos nuestro cuerpo se revela, se enfada y nos hace sentir mal. No solo tenemos el “mono” que nos provoca alejarnos de esos placeres mentales, es que encima nuestro organismo nos las está haciendo pasar moradas. Eso es la gripe keto.
Cuáles son los síntomas de la gripe keto
Los principales síntomas de esta “dolencia” son:
- Fatiga
- Dolor de cabeza
- Irritabilidad
- Dificultad para concentrarte (“obnubilación”)
- Falta de motivación
- Mareos
- Antojos de azúcar
- Náuseas
Yo creo que los he sufrido absolutamente todo, en menor medida las nauseas, y de forma permanente el dolor de cabeza y la dificultad para concentrarme. A día de hoy, con todo el resto de las dolencias superadas, sigo teniendo un antojo increíble de fruta.
Medidas para mitigar la gripe keto
En general quince días son suficientes para curar de forma natural estos síntomas, sin embargo hay una serie de medidas que podemos realizar para mejorar nuestra situación en los momentos álgidos de la gripe.
Ingerir agua y sal
Los carbohidratos juegan un papel importante en la absorción de electrolitos, es por ello que es importante aumentar el consumo sobre todo de sodio y magnesio.
En el caso del sodio yo comencé a tomarme por la mañana un vaso de agua con un cucharadita de sal y un chorro de limón. La verdad, mano de santo.
En el caso del magnesio retomé la suplementación habitual que había dejado de lado durante el verano.
Añadir más grasa
La grasa pasará a ser nuestro principal sustrato energético. Si reducimos drásticamente el consumo de carbohidratos y no aumentamos el de grasa nos encontraremos sí o sí faltos de energía. Recordad que el cuerpo no metaboliza muy bien las grasas porque está anquilosado, pierde muchos cuerpos cetónicos por la orina… si además no le damos suficiente cantidad de grasa la sensación de cansancio y pesadez será evidente.
Volver hacia atrás y hazlo progresivo
Si los síntomas son tan fuertes que te impiden la vida normal es momento de parar y pensar si no has hecho las cosas de forma demasiado radical. Quizás seas de las personas que necesitan entrar en cetosis progresivamente, de esta manera plantéate dos semanas de ir reduciendo los carbohidratos de forma progresiva hasta acabar en 20 gramos diarios. De esta forma la gripe keto pasará mucho más desapercibida.
Tu cabeza manda
Gran parte de los síntomas que vas a sufrir durante la gripe keto son mentales. Pasarás por fases en que querrás dejarlo, en que no le verás sentido, en que dirás que no vale la pena… Si decides empezar una dieta cetogénica hazlo por unas razones concretas, apúntalas en un papel y léelo cada vez que tengas una recaída. Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres importante…
Hoy por hoy os puedo decir que, a parte de mi obsesión por los plátanos a los que miro con un deseo que pone celoso hasta a mi marido, lo único que delata que estoy pasando una etapa diferente de alimentación es que he aumentado el consumo de café. Por algún motivo me calma tomarme un café solo con hielo, es mi golosina. Ahora tendré que desengancharme de eso también… No hay obsesión buena.