Una de las principales críticas que sufren las cocinas vegetarianas y veganas es la imitación que realizan de productos que no pueden comer. Continuamente oigo lo de ¿Para qué buscan texturas similares a la carne, si no la quieren comer que no la coman?, pero es que ellos no dejan de comer carne por su textura, ni por su sabor, lo dejan de comer por temas morales y por lo tanto tienen todo el derecho del mundo a buscar sus propios substitutos para seguir incorporando esos platos a su vida.
De alguna manera a mi también se me acusa de imitar aquellos platos que no quiero comer por sus ingredientes clásicos. Hago tartas, cupcakes, nachos o pizzas sin cereales,… Sí, entiendo que alguna gente piense que son trampas al solitario, pero para mi la cocina es diversión, invención, aprendizaje y placer. No puedo comer la pizza clásica… pues me invento una con brócoli, ¿no es ingenioso? A mí me lo parece.
Continuando con la cocina vegana, os diré que me estoy volviendo loca con el tema de los quesos. Los he probado ya en varios restaurantes y están espectaculares, de verdad, me encantan. Quiero hacer un curso para profundizar más en ellos y poder compartir recetas diferentes con vosotros, pero mientras tanto he aprendido a hacer una salsa de no queso buenísima que es sencillísima e ideal para acompañar a los nachos que os enseñé a hacer el otro día en el blog (receta de nachos con pico).
Os lo digo de corazón, en la cocina, y en el resto de la vida, intentad acercaros a todo sin perjuicios estandarizados. Mientras no hagáis daño a nadie, experimentad, disfrutad, descubrid y que las ideas encapsuladas se queden en un cajón. No os dejéis nada por vivir, mañana podríais arrepentiros de lo que podía haber sido y jamás fue.
Salsa de no queso para nachos (sin gluten, sin lácteos, sin azúcar y vegana)
Plato: SalsasCocina: VeganaDificultad: Baja5
minutos15
minutosIngredientes
2 patatas
2 zanahorias
4 cucharadas de levadura nutricional
100 ml de agua (la retiramos de la cocción)
1 cayena
1/2 cucharadita de cebolla en polvo
Ajo
Sal
Pasos
- Pelamos las patatas y las zanahorias, las cortamos en trozos, las cubrimos de agua y las ponemos a hervir hasta que estén tiernas.
- Separamos 100 ml del agua de cocción.
- Ponemos en un bol las patatas, las zanahorias, la levadura nutricional, sal, una cayena (si no nos gusta nada el picante obviaremos este paso), el ajo y la cebolla en polvo y con ayuda de una batidora trituraremos todo. Añadiremos agua poco a poco hasta obtener la textura deseada (debe parecer el queso fundido con el que se acompaña los nachos).
- Corregimos de sal y servimos.
Consejo de Nur
- A mí me encanta el picante, y, por lo tanto, me es imprescindible la cayena (o una puntita de cayena en polvo, como 1/4 de cucharita), pero si no es así, podéis jugar con otras especias. Si añadís pimentón rojo dulce, obtendréis un sabor diferente, y si le ponéis pimentón rojo picante o ahumado, obtendréis otra. Teniendo en cuenta la base, podéis experimentar con diferentes sabores. ¡Espero que os guste!