La importancia del descanso
No sé si os acordáis de la serie de dibujos animados francesa “Erase una vez la vida”. Se estrenó en Francia en 1987, así que a mi me pilló en su emisión en España, un año más tarde, saliendo de la etapa infantil para entrar en la absurda adolescencia. Aún así recuerdo haberla visto con cierto interés.
En uno de los capítulos, “La vida y el sueño” se hablaba del descanso, y de cómo funcionaban los equipos de mantenimiento del cuerpo en el momento en que nos ponemos a dormir. Se veía un montón de hombrecillos vestidos de azul con gorra y guantes que eran los encargados de realizar las reparaciones del cuerpo humano, soldaban pequeñas roturas de fibras, limpiaban zonas sucias, quemaban pensamientos complicados en el cerebro… Fijaos si se me ha quedado grabado el episodio que no me ha hecho falta buscarlo en Internet, lo recordaba perfectamente. Probablemente el día que lo vi, dormí bien.
Y es que descansar es muy importante, ya que es durante el sueño cuando el cuerpo puede reparar el desgaste muscular que se ha producido durante el día, liberar el estrés acumulado y prepararnos para volver a tener un rendimiento físico y mental óptimo al día siguiente.
El descanso físico, las labores de mantenimiento y reparación del cuerpo, empiezan desde el primer momento en que nos quedamos dormidos, sin embargo la reparación mental, la limpieza del estrés acumulado y los malos pensamientos sobrantes, empieza en la fase de sueño profundo y por lo tanto necesita de más horas de descanso.
¿No os ha pasado iros a la cama con una preocupación, no poder descansar y levantarnos con la misma preocupación con la que nos acostamos? ¿Y al contrario? ¿ Ir a dormir con un problema al que no encontráis solución, descansar el tiempo suficiente (ocho horas) y levantarnos con una respuesta a vuestra inquietud? Así de importante es el sueño.
Quiero hablaros un día, probablemente el próximo miércoles, de una serie de tips muy útiles para descansar bien, porque el sueño ha de ser de calidad, con el tiempo suficiente pero también cumpliendo unas premisas que permitan a nuestro cuerpo aprovecharlo lo máximo posible. Hoy me permitiréis que acabe aquí esta explicación porque yo ya estoy descontando minutos de mi descanso reparador.
¿Qué vamos a cocinar hoy? Pues una paletilla de cordero marinada en mostaza y miel. Como siempre os digo, para que una receta os quede deliciosa es muy importante la elaboración, pero más la materia prima, de manera que os recomendaría que comprarais una pieza de carne buena, con garantía eco y de pasto, que la miel sea cruda, española y de recogida tradicional y la mostaza la hagáis vosotros mismos. Yo he seguido esta receta de paleomoderna que me encantó (como todo lo que hace esta muchacha por supuesto).
¡Empezamos a la voz de… ya!
Paleta de cordero marinada en miel y mostaza
2
porciones15
minutos1
horaIngredientes
Paletilla de cordero entera preparada para el horno (pedid al carnicero que os haga un par de cortes)
Mostaza casera (ver receta de Paleomoderna)
Miel cruda ecológica
Sal
Albahaca
Tomillo
Aceite
2 patatas grandes
Un trozo de calabaza
Pasos
- Mezclar en un bol el tres cucharadas grandes de aceite, una cucharada de miel, dos cucharadas de mostaza, sal, albahaca y tomillo. Ligamos bien.
- Usamos la mezcla anterior para untar toda la pieza de carne. Masajeamos e introducimos en los cortes de la paletilla un par de cucharadas de la mezcla. Dejamos marinar mínimo 2 horas, antes de cocinarlo. Si puede estar toda la noche mucho mejor.
- Hacemos una base de patatas y calabaza en nuestra olla lenta y ponemos encima la paletilla de cordero. Programamos ocho horas en baja.
- Una vez transcurrido el tiempo pasamos la paletilla de cordero a una bandeja para horno y gratinamos durante unos minutos hasta que adquiera un bonito color dorado.