Antes de ponernos con la receta de hoy, me gustaría hacer una reflexión sobre un tema que afecta a la sociedad actual y que tiene consecuencias devastadoras en las mujeres de hoy en día.
Estamos viviendo tiempos convulsos en cuanto a estética corporal se refiere. Hemos pasado de ver cuerpos escuálidos sobre una pasarela a la publicidad masiva de “mujeres reales” representadas por modelos curvies que tallan por encima de la 42. Modas que llegan y van y que dejan víctimas por el camino como disfunciones alimenticias, depresiones, descontento con nuestro cuerpo, inseguridades, miedos… No cumplir con los cánones de belleza establecidos por la “industria de la moda” es el mayor de los pecados, porque nada va a quedarte bien, porque no vas a poderte poner ese top minúsculo (aunque tengas cerca de cincuenta y tampoco debieras ponértelo), o porque no puedes comprar esos pantalones de talle extralargo que solo favorecen a mujeres extrañas con patas de jirafa.
Lo cierto es que ahora, tras innumerables críticas, la tendencia de las grandes marcas es abogar por las “bellezas de la calle”. Sin embargo, esas bellezas, usadas para acallar las críticas de diversos sectores, son extrañamente irreales para la genética del ser humano. Chicas con sobrepeso evidente, como la modelo Tess Holiday tampoco deben ser ejemplo para nuestra juventud. Nada llevado al extremo es correcto, en realidad, nada antinatural lo es. No es cuestión de ser más o menos guapo, es cuestión de ser más o menos sano, y la realidad es que un cuerpo sano es un cuerpo atlético. No es gordo, no es delgado, es saludable. Más allá de la moda, de la estética, de los cambios culturales, de la industria textil, de la farmacéutica,… Más allá de todo lo que nos han hecho creer y hemos asumido como normal, hay algo básico: la genética del ser humano. Esta genética, que nos determina como seres humanos y nos hace únicos e inigualables, nos prepara para lo que estamos programados, cazar, recolectar y sobrevivir, no hay más.
Dejemos de mirar las portadas de las revistas buscando ese pecho antigravedad, ese muslo imposible o esa cintura minúscula, y comencemos a mirar el cuerpo de los miembros de las tribus cazadoras y recolectoras con la proporción perfecta de grasa y músculo. Ellos no buscan que la ropa les siente bien, buscan la supervivencia, estar sanos y llegar a la madurez y vejez con el mejor envase posible.
Si estoy sana, como correctamente, me ejercito lo suficiente y descanso lo necesario mi cuerpo me acompañará, y os aseguro que cuando vuestro cuerpo os acompañe todo empezará a tener sentido.
Volviendo a la receta del post de hoy, vamos con una hamburguesa de quinua y calabaza muy diferente y sabrosa. La quinua es una semilla sin gluten, y que no está aceptada en las dietas paleo más estrictas, sin embargo, si no os sienta mal, la cocináis correctamente, y no abusáis de su consumo, puede estar en vuestra cocina de vez en cuando.
Hamburguesa de quinua
Plato: Plato principalCocina: Sin glutenDificultad: Fácil4
porciones5
minutos30
minutosUna receta de una hamburguesa de quinua y calabaza diferente y sabrosa.
Ingredientes
4 puñados de quinua
2 cebollas
1 puerro
400 ml de caldo de verduras
80 g de calabaza rallada
2 cdas de semillas de sésamo
2 cdas de semillas de lino
2 cdas de pipas de girasol
Perejil
Aceite de coco
Sal
Pimienta negra
Pasos
- Para comenzar este plato vamos a pochar en una olla con dos cucharadas de aceite de coco las cebollas y el puerro hasta que obtengan un color dorado. Añadiremos la quinoa y tras remover un par de veces echaremos todo el caldo de verduras previamente calentado.
- Dejamos cocer destapado a fuego medio bajo durante diez minutos, tras los cuales añadiremos la calabaza rallada y todas las semillas. Mezclamos y apagamos el fuego. Tapamos y dejamos reposar hasta que se enfríe completamente. Añadimos el perejil picado, la sal y metemos en el frigorífico durante unas dos horas.
- Una vez pasado el tiempo hacemos las hamburguesas con las manos y vamos dorando en una sartén en la que habremos añadido unas gotas de aceite de coco.
- Para acompañar podemos añadir boniato asado y cortado en tiras, o una ensalada de brotes verdes y frutos secos.
Consejo de Nur
- La quinua siempre debe lavarse antes de pasar a hervir para eliminar las saponinas que contiene de forma natural y que ingerida en grandes dosis es perjudicial para la salud. Normalmente toda la quinua que compramos en España viene lavada, pero no está de más que volvamos a pasarla por el grifo para acabar de eliminar posibles restos. Si vuestros hijos quieren volver al Mc Donalds será exclusivamente por los regalitos del happy meal. ¡Buen provecho!