Ya os lo conté la semana pasada en el post del viernes, tras encontrar incoherencias entre el programa Whole30 y mis propios principios nutricionales, decidí mutar y continuar el programa con las restricciones alimenticias pero no con todo el resto de normas establecidas. No me quiero extender más sobre el tema, tenéis todo un post al respecto en el blog que os recomiendo que leáis.
De esta manera desde el mismo viernes de la semana pasada comencé mi propio plan o programa de reciclaje paleo, al que empecé llamando Detox30, pero como no os gustó nada el nombre he decidido cambiarlo a Reset30. En este programa sigo exactamente las mismas restricciones alimenticias que en el Whole:
- Nada de azúcares ni edulcorantes añadidos de ningún tipo.
- Cero alcohol.
- Ni cereales (con o sin gluten) ni pseudo cereales.
- Cero legumbres.
- Fuera los productos lácteos, de vaca, de cabra, de oveja o de ñu… Nada de leche, de queso, de kéfir o de yogur.
- Nada de alimentos procesados.
El mayor cambio viene en la introducción dentro del programa del ayuno intermitente. Para mí es importante no comer por comer y no llego a tres comidas al día en las cantidades que yo introduzco en cada comida (ojo, que sé que muchos pensáis que como poco, pero cada persona es un mundo y cada cuerpo es diferente). Con dos comidas al día yo me siento completamente saciada, y mi nivel de actividad y capacidad de esfuerzo y de reacción es la óptima. Entreno a mejor nivel, estoy más despierta mentalmente y controlo mucho mejor la sensación de apetito.
Por otra parte el whole30 no te deja paleolizar, aunque voy a entrecomillar el “paleolizar” porque todo depende de que es lo que convenga en el moment: Paleolizar es hacer una pizza pero no un wrap, o hacerte un helado con frutas pero no un pudding de chia. Yo he decidido no paleolizar nada para mi consumo, pero a mí no poder cocinar para otros me pone triste, así que esta semana he hecho pan, pastel, muffin, etc., aunque yo no he comido ninguna de las paleolizaciones. Sé que mi mayor problema no está en la restricción de alimentos, que la respeto y la comparto casi por obligación, si no en paleolizar todo aquel elemento dulce que se pase por mi vida. Sin embargo, el ver que soy capaz de controlarme, mientras a mi alrededor se ponían hasta arriba de chuches, me ha hecho sentir más fuerte.
La semana que viene os compartiré, por fin, las conclusiones finales al programa, me volveré a pesar, a medir la grasa corporal y veremos si he conseguido algo. Mi previsión es que no van a producirse grandes cambios. Hace un par de semanas estaba convencida de que iba a engordar con el whole, porque comía más que antes y estaba haciendo menos deporte. Sin embargo, esta situación se ha normalizado esta semana, he vuelto a entrenar todos los días y me preparo los menús con solo dos comidas, así que ya no sé muy bien que pensar. Diga lo que diga la báscula, yo estoy más deshinchada, más definida y más convencida de que paleo es la forma adecuada de comer.
Hoy no puedo más. Sé que no he aportado mucho al blog pero se me cae la cabeza de sueño, y necesito descansar. La semana que viene, con las conclusiones finales, daré por terminada esta sección, y empezaremos con nuevas entradas con una temática diferente. Tengo un calendario con temas que os van a gustar mucho, mucho (o al menos eso espero).
Un besote enorme a todos.