Cada vez que comparto una receta con legumbres, con lácteos, con un licuado, etc., alguien me recuerda una publicación antigua en la que pongo a caer de un burro esa misma receta que yo he llevado a cabo. Yo no sé cómo tenéis capacidad de encontrar esas cosas, yo hay veces que busco algo en mi propio escritorio y no lo encuentro y vosotros me sacáis una publicación concreta de 2015. Hace un año, más o menos, publiqué unas recetas con diferentes tipos de hummus y os decía lo siguiente: “Cuando yo empecé con la dieta paleo, me pasaba más tiempo diciéndole a la gente que es lo qué NO debía comer que pensando cuál era el motivo por el que NO debía hacerlo. Me olvidé que no todos somos iguales y que no todas las dietas son universales y que es importante conocer a la persona, sus necesidades y cuál es la forma de crear una adherencia a una nueva alimentación”.
Hubo un tiempo en el que hablaba con la radicalidad y el fervor que me daba el creer firmemente en una dieta que me había cambiado, y quizás salvado la vida. Hoy con perspectiva, muchos más conocimientos, estudios reglados, muchos papers leídos y sobre todo con toda la experiencia que me da tratar con vosotros día a día, os digo: la única regla que permanece para mí es el respeto a la fisiología del ser humano. Debemos comer aquello que no nos haga daño, que no nos inflame y que no solo nos llene el buche, también que nos nutra.
A mí me sientan mal un montón de cosas: el gluten en particular, los cereales de cualquier tipo en general, gran parte de las legumbres, los azúcares simples, algunas especias, … Pero los lácteos fermentados no, y lo sé porque llevo una alimentación tan limpia que cualquier cosa que me sienta mal la identifico rápidamente. Ni el queso, ni el yogur, ni el kéfir, ni la mantequilla entraban antes en mi alimentación. No hace falta que me lo recordéis con un post en que pongo el yogur griego a caer al nivel de las ranas de alcantarilla, pero yo me hago mayor, y si no más lista, sí más vieja y ya sabéis que: “Sabe más el diablo por viejo que por diablo“. Así que ahora sé un poco más de lo que sabía entonces. El cambio es evolución, no estoy perdiendo esencia, estoy mutando hacia algo mejor, o eso creo yo. 😉
En cualquier caso, hoy vamos a hacer queso a partir de un lácteo (un yogur griego), pero también a partir de leche de coco y de un yogur vegetal (yo he usado de almendras pero podéis usar es que queráis), así que tenéis todas las opciones posibles.
Si os tengo que dar mi opinión, como queso para untar salado, me quedo con el que he hecho a partir de un yogur griego con especias; y para usar en recetas dulces (como una tarta de queso), usaría el de leche de coco. Aunque ese con especias también queda espectacular… ¡Me quedo con todos!
¿Empezamos?
QUESO PARA UNTAR A BASE DE YOGUR GRIEGO
Ingredientes
- 500 gr de yogur griego (ecológico y mejor de cabra u oveja)
- 1/2 cucharadita de sal
- Especias al gusto (si vamos a usarlo en recetas dulces obviad las especias)
Elaboración
Vamos a usar un escurridor de metal, un bol dónde encajar nuestro escurridor y un paño limpio.
Ponemos el escurridor sobre el bol y encima situamos nuestro paño límpio. Echamos dentro nuestro yogur griego (pensad que vamos a hacer un hatillo con el paño así que ponedlo centrado) y añadimos la media cucharadita de sal. Mezclamos bien y cerramos el paño con ayuda de una goma. presionamos la mezcla para que vaya soltando agua y llevamos a la nevera. Vamos a dejarla 24 horas escurriendo pero cada cierto tiempo podéis sacarlo y presionar para ayudar a sacar más líquido.
A las 24 horas sacamos de la nevera, abrimos nuestro hatillo y pasamos el queso a un recipiente que podamos cerrar. Añadimos especias a gusto y mantenemos en la nevera.
QUESO PARA UNTAR A BASE DE LECHE DE COCO
Ingredientes
- 2 latas de leche de coco
- Un chorrito de limón
- 1/2 cucharadita de sal
Elaboración
Vamos a usar un escurridor de metal, un bol dónde encajar nuestro escurridor y un paño limpio.
El día antes llevamos nuestras latas de leche de coco a la nevera. Ponemos el escurridor sobre el bol y encima situamos nuestro paño limpio. Echamos dentro la parte sólida de las dos latas de coco (obviar la parte líquida) y añadimos el chorrito de limón , la media cucharadita de sal y mezclamos bien. Cerramos el paño con ayuda de una goma y presionamos la mezcla para ir soltando el agua. Vamos a dejarla 24 horas escurriendo en un lugar fresco y seco y al igual que en la elaboración anterior iremos apretándolo de vez en cuando para ayudarle a soltar el líquido.
A las 24 horas abrimos nuestro hatillo y pasamos el queso a un recipiente que podamos cerrar. Añadimos especias a gusto y mantenemos en la nevera.
QUESO PARA UNTAR A BASE DE YOGUR VEGETAL
Ingredientes
- 500 gr de yogur vegetal sin azúcares añadidos
- 1/2 cucharadita de sal
- Especias al gusto (si vamos a usarlo en recetas dulces obviad las especias)
Elaboración
Vamos a usar un escurridor de metal, un bol en el que encajar nuestro escurridor y un paño limpio.
La elaboración es idéntica a la que realizamos con el yogur griego, aunque la textura final es un poco más grumosa.
Ponemos el escurridor sobre el bol y encima situamos nuestro paño limpio. Echamos dentro nuestro yogur vegetal (en mi caso de almendras) y añadimos la media cucharadita de sal. Mezclamos bien y cerramos el paño con ayuda de una goma. presionamos la mezcla para que vaya soltando agua y llevamos a la nevera. Vamos a dejarla 24 horas escurriendo pero cada cierto tiempo podéis sacarlo y presionar para ayudar a sacar más líquido.
A las 24 horas sacamos de la nevera, abrimos nuestro hatillo y pasamos el queso a un recipiente que podamos cerrar. Añadimos especias a gusto y mantenemos en la nevera.