Normalmente suelo compensar una entrada dulce con otra salada, pero he querido hacer una excepción durante tres semanas. ¿Por qué? Sencillamente porque se acerca la Semana Santa, época de vacaciones, eventos familiares y dulces típicos, y no queréis prescindir de ellos (la semana pasada hicimos torrijas y, en menos de día y medio, tuvimos 1000 visitas al blog).
Sé que soy aburrida con este tema, pero quiero volver a dejar claro que este tipo de dulces son una excepción a la dieta habitual. ¿Son más sanos mis buñuelos que los buñuelos de viento habituales? Sí ¿Podéis incluir mis buñuelos como parte de habitual de la dieta? No, ni mis buñuelos, ni mis torrijas, ni mis tartas, ni mis muffins deben formar parte de vuestro menú cotidiano. Es tan malo comerse una palmera de chocolate todos los días al salir de clase como tomarse uno de mis muffins de plátano. Lo mejor es tomarse el plátano y un puñado de frutos secos, nos saciará más y no enmascararemos el sabor de los alimentos.
Dicho todo esto, sabéis que yo abogo por que se puede comer bien, divertido, social y sano, y eso implica un capricho de vez en cuando. Tanto si padecéis algún tipo de intolerancia, como si seguís una dieta evolutiva o paleo y no queréis sentiros tan culpables en estas fechas, poneos las manoplas para manipular el horno que hoy toca hornear de nuevo.
Buñuelos de viento al horno (sin harinas, sin gluten, sin lactosa y sin azúcar)
Plato: PostresCocina: TradicionalDificultad: Medio4
raciones30
minutos40
minutos300
kcalIngredientes
100 gr de almidón de yuca
25 gr de fécula de patata sin gluten
30 gr de ghee (mantequilla si tomáis lácteos)
1/4 litro de agua
Miel
4 huevos
Sal
Ralladura de medio limón
Aceite de oliva
Pasos
- La primera parte de la elaboración de los buñuelos es muy curiosa, yo la aprendí con mi abuela de pequeña y no he visto a nadie hacerlos de una forma diferente. Tenemos que poner en un cazo al fuego el agua, el ghee, dos cucharadas de miel, la ralladura de limón y una pizca de sal. Cuando empiece a hervir, agregamos el almidón de yuca y la fécula de patata de golpe (previamente los hemos mezclado en un bol) y removemos hasta que la masa no se pegue a las paredes del cazo. Ojo, paciencia y brazo.
- Retiramos del fuego y dejamos enfriar lo suficiente para que al echar los huevos no se cuajen con el calor. Los vamos a ir incorporando uno a uno y removiendo cada vez para integrarlos. Tapamos la masa y dejamos reposar mínimo dos horas.
- Precalentamos el horno a 180 grados. Ponemos un papel vegetal sobre la bandeja del horno y vamos depositando bolitas de nuestra masa.
- Horneamos durante unos veinte minutos, pero vamos vigilando que se doren bien y que no se nos quemen. Tienen que presentar un bonito color dorado.
- ñadimos en un cazo dos cucharadas de miel con una cucharada de agua y calentamos hasta formar un jarabe. Tenemos la opción de pintar nuestros buñuelos y dejar secar sobre un papel vegetal límpio (tened en cuenta que en este caso quedan menos firmes y al pasar el tiempo se empapan demasiado), tomarlos sin endulzante adicional o a la forma tradicional de mi casa, mojando los buñuelos en el sirope cuando vamos a comerlos.
Consejo de Nur
- Esta es la receta tradicional de los buñuelos en España “tuneada” para seguir nuestra alimentación, pero podemos hacer algunas variaciones: 1.- Si añadimos una cucharada de harina de algarrobo a la mezcla de “harinas” inicial, conseguiremos unos buñuelos de chocolate (en este caso yo obviaría la rayadura de limon). 2.- Rellenos de lemon curd (os enseñe a hacer la receta en al entrada de la receta del pastel de chocoplantano). Para eso tenéis que dejar enfriar los buñuelos y rellenar con ayuda de una jeringa de repostería. Tienen algo más de trabajo, pero pasáis de un dulce tradicional a un postre especial.