Hoy estaba prevista la entrada del falso Petit Suisse de fresa, pero por circunstancias muy banales (se me estaba estropeando el ingrediente principal de esta receta en la nevera), hice este pastel el sábado y he recibido amenazas de atacarme con trozos de pizza o donuts comerciales en la puerta de mi casa si no publico hoy la receta.
Tanto en Instagram como en Facebook os escribí para preguntaros cuál pensabais que era el ingrediente secreto, y algo que me sorprendió es que, si bien no todos acertasteis, muchos comentasteis ingredientes como garbanzos, calabaza, berenjena, brócoli,… Eso me pone muy calentito el corazón. Me encanta que estemos normalizando la introducción de las verduras y hortalizas en la repostería. De hecho, yo tengo en mente un par de experimentos con verduras de hoja verde que… no me adelanto, ya lo veréis.
Os he comentado mil veces, con esta mil una, que creo que los niños, y adultos, deben reconocer aquello que comen. Esconder siempre las verduras bajo trampantojos como pizzas, tartas, falsos espagueti o falsas salsas con queso, no soluciona el problema que puede llevarlo hacia un periodo adulto de mala alimentación. Sin embargo, hacerles partícipes de que un brocoli no es una verdura insípida que se hierve y se sirve con pollo a la plancha, y que un calabacín da para mucho más que un puré, me parece una idea soberbia. Al final lo importante es que se enamoren de la cocina y de la comida. Un niño que entienda como cocinar un plato sabroso y saludable, tiene un futuro gastronómico mucho más interresante que aquel que solo ve hervidos o procesados en su plato.
Dicho esto, ¿cuál es el ingrediente secreto? El calabacín.
Pastel de mousse de chocolate (con ingrediente sorpresa). Sin gluten, sin lactosa, sin azúcar.
Plato: Postres y dulcesCocina: Sin glutenDificultad: MediaUna tarta deliciosa con una textura mousse que tiene como principal ingrediente un elemento no muy habitual en la repostería: el calabacín.
Ingredientes
2 calabacines grandecitos
3 cucharadas colmadas de harina de almendras
1 tableta de chocolate para postres >70%
3 claras de huevo
1 cucharada grande de cacao puro desgrasado
1 cucharada de miel o de dulce de leche casero
Almendra picada (para decorar)
Una pizca de sal
Pasos
- Ponemos en un recipiente apto para microondas los calabacines pelados y cortados en cubos y cocinamos por ocho minutos.
- Escurrimos bien los calabacines (habrán soltado mucha agua y ponemos en un bol). En el mismo recipiente para el microondas ponemos la mitad de la tableta de chocolate para postres y fundimos a golpes de 30″ para que no se nos queme.
- En el paso 3 podemos hacer una versión más sencilla u otra con mayor dificultad. Al final variará la esponjosidad de la tarta, pero para los que elijan la opción más sencila que sepáis que queda muy esponjosa y con textura de mouse igual: Versión fácil: Incorporamos al bol de los calabacines la harina de almendras, el chocolate fundido, el cacao en polvo, la miel (o el dulce de leche casero), las claras y la pizca de sal. Batimos hasta tener una masa integrada. Versión con mayor complejidad: batimos todos los elementos por un lado y ponemos a punto de nieve las claras de huevo por otra. Incorporamos las claras poco a poco a la mezcla de calabacín y chocolate con ayuda de una espátula y vamos integrando con movimientos envolventes.
- Precalentamos el horno a 180 grados.
- Volcamos la masa en un molde y horneamos unos 15-20 minutos. La tarta debe estar hecha por los lados pero debe temblar el centro ya que esa es la textura de la mousse.
- Dejamos enfriar y desmoldamos. Fundimos la otra mitad de la tableta de chocolate (si queremos un acabado más brillante podemos añadirle al chocolate una cucharadita de mantequilla o ghee) y la vertemos por encima. Adornamos con cubitos de almendra.
- Volvemos a dejar enfriar y metemos en la nevera para que el chocolate endurezca.
Consejo de Nur
- Esta tarta funciona muy bien acompañada de una crema fría: Dos cucharadas de la parte sólida de una lata de leche de coco, una cucharada de miel y vainilla. Batimos bien con unas varillas hasta obtener una textura similar a la nata. Riquísimo.