Lo primero que puedo decir es que me las prometía muy felices y me he dado con un canto en los dientes. Ya sabéis que yo sigo la dieta paleo habitualmente, y la mayor parte de las restricciones del Whole30 las aplico en mi vida diaria, así que a priori todo debía ser más o menos sencillo, nada más lejos de la realidad. En verdad vivo autoengañada pensando que restrinjo más mi alimentación de lo que lo hago: paleolizo bastante, ya lo sabéis, tomo chocolate del 85%, algún queso curado y miel o estevia. Además, suelo comer solo dos veces al día, y muchas veces la proteína está reducida a la mínima expresión (en esta primera semana de Whole30 he comido más de la que había comido en todo el mes anterior).
Para seguir un análisis ordenado de mis sensaciones con este proceso, voy a dividir mis evaluaciones semanales en dos grupos: físicas y mentales. Dentro de la evaluación física, os contaré como va mi cuerpo, mis sensaciones a nivel digestivo, muscular,etc., qué conlleva para mi esta desintoxicación. En la evaluación mental, hablaremos de humor, de sentimientos, de cómo me estoy sintiendo.
Por supuesto, la intención de estos posts es ayudaros y apoyaros en vuestros propios Whole, pero sabed que cada cuerpo es un mundo, tengo compañeras que lo están haciendo al mismo tiempo que yo ,y que me transmiten sensaciones muy diferentes. Este es mi proceso, hay otros, busca el tuyo.
EVALUACIÓN FÍSICA
- Digestiva: Una de las reacciones que más se repite en los primeros días de un Whole30, es la descomposición intestinal. En general he leído muchos blogs en los que la gente habla de diarreas o de estreñimiento por el cambio de alimentación. Yo no he sufrido ninguno de estos síntomas, mi aparato digestivo se ha comportado como siempre. He de decir que tampoco he sufrido gases, mal aliento ni dolores en el vientre, lo único que he notado es una sensación bastante pastosa en la boca por algunos momentos. Creo que estoy bebiendo más agua de lo habitual
- Piel y cabello: Esto ha sido otro cantar, desde el segundo día empecé a notarme la piel cetrina, mucho menos brillante y saludable. De hecho yo tengo la piel grasa (algo que se agrava cuando estoy en la costa), y esta semana he tenido que recurrir a la hidratante más de lo habitual por tener zonas muy resecas. Además, el tercer día apareció un eccema que iba desde justo detrás de la oreja hasta la base de la nuca. No picaba, no dolía, solo estaba rojo y con la piel levantada (no, no he cambiado el champú, ni el gel, ni el suavizante ni me había teñido estos días). Por su parte, el cabello ha estado encrespado, grueso, difícil de manejar, indomable. Mi pelo no es muy moldeable y estos días ha estado imposible. Afortunadamente todos estos síntomas se están solucionando, y parece que tanto piel como cabello vuelven a su ser.
- Sistema motor: Me ha costado mucho muchísimo entrenar. Es cierto que en este caso se ha unido también que estoy en un ámbito diferente al habitual y que he retomado el running con el objetivo de preparar la Behobia (me había dado un descanso tras la media maratón de Madrid y estaba entrenando más en gimnasio y menos en calle). Sin embargo, nunca me había costado tanto poner un pié detrás de otro. He sufrido calambres, cansancio extremo, agujetas. Es como si mi cuerpo dijera “¿perdona bonita?, ¡o me das algo dulce o no pienso funcionar!“.
- Aspecto físico: No estoy midiéndome ni pesándome, pero creo que estoy igual que siempre. No creo que, en mi caso, el Whole30 me haga perder peso, lo cual me parece excelente porque no es algo que yo esté buscando.
EVALUACIÓN MENTAL
No os voy a engañar, ha sido lo peor. He estado entre triste y de mala leche, miraba a mi alrededor y veía a mi familia comiendo un helado, tomando un zumo de frutas o comiendo queso (¡estoy en Menorca! vivo rodeada de queso) y pensaba: ¿para qué estas haciendo esto? No lo necesitas, tú comes bien y nunca te puedes saltar las normas por todas tus intolerancias, ¿no es eso suficiente?.
Me he sentado en varias ocasiones en un bar pidiendo un agua o nada para beber, y me ha parecido estar sola contra el mundo. La ventaja es que la parte masculina de Barriga Sana me apoya al 100%, y en ningún momento me ha hecho sentir rara, mal o diferente. Al contrario, antes de proponerme cualquier cosa me dice, ¿se adapta a tu Whole30?.
Ahora empiezo a sentirme más fuerte, también porque la dieta no me domina a mi, yo estoy dominando a la dieta. Para eso hay que conocerla bien, y darte cuenta que debes volver atrás, a lo simple, a la comida básica. Durante este periodo debo olvidarme de la cocina elaborada y de querer impresionar con mis fotos culinarias. Cuanto más se elabora un plato, más posibilidades tienes de que te saque de un patadón del whole.
El domingo, como siempre publicaré mi resumen de comidas semanales (estoy colgándolo puntualmente en la cuenta de Instagram y en la página de Facebook de Barriga Sana para que veáis que he comido estos días. A partir del lunes empezamos a viajar por los Highlands y mi Whole30 se complica más. Aún así, os explicaré qué tips o trucos voy a seguir para no salirme del proceso.
Mucho ánimo a todos los que estáis inmersos en un whole, que desengancharse de los malos hábitos adquiridos no es tan fácil, pero, como le digo a mi hija, “nunca te rindas“.