Lo de los días no lectivos en España es algo que no te importa demasiado hasta que tienes niños y te encuentras con que el cole está cerrado y tú tienes que trabajar.
En realidad una de las pocas ventajas que tiene mi nuevo estado de autónomo es la capacidad (no total pero sí programada) de gestionar mi tiempo. Es cierto que si no trabajo no cobro, pero en ocasiones nada vale más que disponer de libertad para poder pasarlo con quien tú prefieras. Dicho esto tenemos fin de semana largo (no lectivo en Madrid el viernes y el lunes) así que unas cuantas parejas con hijos hemos cogido los bártulos y nos hemos venido a una casa rural en la provincia de Guadalajara.
Por supuesto nada más entrar por la puerta de la casa me asomé a la cocina y vi el horno… cinco minutos después de elegir habitación yo ya estaba improvisando un pudding de frutas para cenar con dos plátanos maduros, una pera y copos que habíamos comprado para desayunar. El resultado está tan bueno que tenía que compartirlo.
Pudding de frutas
Plato: Merienda, desayunoCocina: paleoDificultad: Facil6
porciones10
minutos30
minutosIngredientes
60 gr de copos de quinoa (o avena)
2 plátanos maduros (no muy grandes)
1 pera
2 huevos
Chocolate negro 85%
Compota de frutos rojos sin azúcar para decorar
Pasos
- En un bol echamos los plátanos troceados, la pera, los copos de avena o quinoa y los huevos y batimos con cuidado para integrarlo todo y hacer una masa uniforme.
- Volcamos sobre un recipiente apto para el horno.
- Horneamos durante unos 30 minutos en horno precalentado a 180 grados arriba y abajo. El pudding debe mostrar una textura firme aunque esponjosa
- Dejamos templar fuera del horno y decoramos con la compota de frutos rojos y con chocolate negro rayado.
- Conservarlo en la nevera y servirlo con un helado paleo de plátano.
Consejo de Nur
- Para darle una textura crujiente podéis añadir a la masa frutos secos una vez la hayáis volcado en el molde.
- Copos de quinoa orgánica
¿Aún no te has decidido a dar ese gran paso que te aleje de una vida poco saludable? ¿de verdad aún no te has decidido a cambiar? Ven, te estoy esperando.
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