Creo que el tema de las autorías de las recetas lo hemos hablado otras veces, pero de vez en cuando me gusta recordarlo. Las recetas no suelen tener dueño… es sumamente complicado que alguien invente de cero absolutamente toda una receta, porque casi todas las bases de la cocina (incluso la más innovadora) ya están asentadas. Otra cosa es que cada uno vaya adaptando a su gusto y a su forma de cocinar elaboraciones que va encontrando o va aprendiendo por diferentes vías. Recuerdo que un día escuché a Dabiz Muñoz decir que no podía dejar que ningún restaurante de su grupo funcionara sin su supervisión más de un mes, porque al final una receta suya iba poco a poco cambiándose por pequeñas iniciativas de los cocineros y acababa siendo algo completamente diferente a lo que él ideó. Posiblemente eso haya ocurrido con muchos platos que cocinamos actualmente, cada uno hace su gazpacho, su paella, sus lentejas, sus croquetas… Ninguna receta pertenece a nadie.
Dicho esto, cuando yo me inspiro directamente en alguien para crear una receta o sencillamente para “tunearla” siempre lo etiqueto en mis publicaciones. Si la receta original es suya o no, ni lo sé ni me importa, a mi fue esa persona la que me conmovió, la que me hizo interesarme por su plato y por lo tanto la que merece ser nombrada. Yo veo recetas claramente mías (incluso con el mismo nombre que les puse yo como mis colicretas) en otros blogs en los que no me dicen ni hola… y si bien, como he dicho antes, las recetas son universales, ¿Qué te cuesta etiquetarme?.
Esta receta de hoy nace de una inspiración maravillosa de la cuenta de Sandra Galvé (@soclasandra en instagram), cuenta que tengo que ver con calma porque creo que va a darme más de una alegría. Sandra es vegana y, por lo tanto, no usa alimentos de origen animal. En mi caso hay algunos ingredientes (por ejemplo el bicarbonato) de su receta que no tolero bien, y el hecho de substituir el huevo por huevo vegano (semillas de lino y agua) tampoco es algo que me funcione mucho, así que he acabado usando su base para hacer mi propia receta… y ha quedado fantástica.
No dejéis de seguir a Sandra en sus redes y saludarla de mi parte si os unís a su comunidad.
Ahora, vamos con el pan!
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Pan de ajo (versión cetogénica)
Plato: EntranteCocina: Sin gluten, ketoDificultad: Fácil12
porciones40
minutosEs el pan de ajo más cercano al “gluteniano y carbohidratado” que he probado jamás. Delicioso
Ingredientes
- Para los colines
125 gr de harina de almendras
2 cucharadas de semillas de sésamo
2 cucharadas de semillas de lino
1 cucharadita de levadura química
Un diente de ajo
3 claras de huevo
Una cucharadita de sal
Una cucharada de psyllium
3/4 de vaso de agua (hirviendo)
1 cucharada de aceite de oliva
2 cucharadas de vinagre de manzana
- Para presentar las tostas
Mantequilla de pasto
Un diente de ajo
Pasos
- Ponemos en el procesador de alimentos la harina de almendras, las semillas de lino y de sésamo, la sal, la levadura y el psyllium e integramos bien. Incorporamos el aceite de oliva, las claras de huevo y el aceite, el vinagre y volvemos a batir o moler hasta que estén todos los ingredientes formando una masa muy espesa. Este es el momento de añadir el agua hirviendo, yo no lo hago de golpe porque no siempre la utilizo toda. Voy incorporando poco a poco hasta obtener una masa que no se pegue en las manos. Si nos pasamos de agua tendremos que añadir algo más de harina de almendras.
- Hacemos una bola que dejamos reposar 5 minutos. Posteriormente cortamos en dos mitades y con ellas hacemos dos cuadraditos de la forma que se ven a continuación.
- Pintamos con un poco de aceite (o ponemos un papel vegetal) un recipiente apto para el horno y cocinamos entre 35-40 minutos en horno precalentado a 180 grados o hasta que presenten un bonito color dorado.
- Mientras el pan se está horneando prepararemos nuestra mantequilla de ajo, para eso batiremos la mantequilla (junto con el ajo picado ) usando unas varillas metálicas.
- Sacamos el pan, dejamos enfriar completamente (si no es así el pan se romperá al manipularlo) y cortaremos en rebanadas. Pintamos con la mantequilla de ajo y horneamos unos 10 minutos más .
Consejo de Nur
- Elegir una buena mantequilla de pasto os va a dar mucha alegría en elaboraciones como la de hoy. Para mi una de las mejores es la de la granja Elcubillo. Es cara, pero la dejo para elaboraciones especiales como la de hoy.
Estamos abiertos con citas programadas desde el 11 de Mayo. Podemos volver a vernos presencialmente y, como todo este tiempo, también online: contacto@barrigasana.com