Es cierto que los mayores problemas con la comida vienen derivados de las vinculaciones emocionales que creamos con ella. Ese acto compulsivo de comer es a veces una búsqueda de cariño o de calor humano, ese vasito de leche antes de dormir sin el que no eres capaz de conciliar el sueño es solo el recuerdo de esa mano cariñosa que te arropaba antes de caer en manos de morfeo, ese castigo continuo a base de comida basura es una falta de amor propio derivada de problemas de aceptación en la infancia… hay tanto apoyo emocional que camuflamos con el acto de comer, que nos sorprendería a nosotros mismos descubrirlo.
Sin embargo hay veces que es bonito que una comida te recuerde a alguien, que quieras mantener esa forma de hacer el chocolate que te hacía tu abuela, o que un guiso de carne te recuerde tu niñez en ese lugar dónde naciste. Para mi algunas cremas de verduras tienen la capacidad de abrazarme por dentro, de reconfortarme. Llegar un día del trabajo y sentarme en el sofá con una mantita en las piernas y un tazón humeante de la crema que os traigo hoy es un antidoto a cualquier problema que haya podído surgir.
¿Es una crema mágica? probadla y me lo contáis.
Crema de calabacín y castaña
Plato: Primer platoCocina: Sin gluten, paleoDificultad: Medio4
porciones10
minutos25
minutosIngredientes
2 calabacines medianos
4 castañas cocidas
1 litro de caldo de verduras o pollo
1 puerro
1 cebolla
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta negra y/o nuez moscada
- Para servir
1 cucharada de queso crema casero
Pasos
- Lavamos y picamos los calabacines, la cebolla y el puerro.
- En una cazuela ponemos a calentar las tres cucharadas de aceite. Cuando esté caliente, a fuego no muy fuerte, incorporamos la cebolla y dejamos unos pocos minutos hasta que quede dorada pero no crujiente.
- Incorporamos después el puerro y el calabacín, y dejamos rehogar unos 5 minutos. Removemos bien y salpimentamos al gusto.
- Añadimos las castañas y cubrirmos con el caldo. Dejaremos cocer a fuego lento durante unos veinte minutos más o menos.
- Dejamos templar y pasaremos por la batidora hasta obtener una textura uniforme (si queremos más cremosidad podemos añadir un poco de queso crema).
- Servimos acompañado de una cucharadita de queso crema en el centro y un poco de nuez moscada.
Consejo de Nur
- Puedes darle otra presentación sirviendo con un crujiente de jamón
- Cuencos para servir la crema ideales de la muerte 🙂
Si los buenos propósitos llegan después de Navidad escríbeme ya y ponemos fecha de inicio a tu cambio de vida.
Escríbeme y lo hablamos: contacto@barrigasana.com