Como ya habréis visto por redes sociales he estado pasando unos días con mis amigos en Oporto, una ciudad que he redescubierto después de casi quince años que la visité por primera vez.
Oporto es maravillosa, pero es cierto que ahora es maravillosa y llena de gente. Miras desde un extremo la Calle Santa Caterina y piensas: madre mía cuanta gente!, vas a la librería Lello (en la que antes pasabas a comprar algún libro y paseabas sin más) y tienes una cola de más de una hora para entrar y un espacio de un metro cuadrado para moverte, pasas por las antiguas casas de comidas y ahora son restaurantes modernos con camareros maravillosos que sirven deconstrucciones de pulpo grellado.
Y no me quejo, todo tiene que cambiar, evolucionar… A mi me gustaba más esa ciudad solitaria y algo decadente de hace veinte años, pero seguramente a la gente que recibe ingresos por el turismo le guste más esta situación actual. Siempre que este dinero revierta en el mantenimiento y en la economía de los ciudadanos, bien está.
Ser celiaca en Oporto sigue siendo complicado, encontrar opciones sin gluten se convierte en una odisea, más en determinados barrios de la ciudad. Al final he tirado bastante de ayuno intermitente para no entorpecer las visitas del grupo. Al menos encontré un sitio dónde pude comer Bacalhau com natas sintiéndome segura y eso me hizo recordar lo mucho que me gusta esta elaboración. Es cremoso, es contundente y no es apto para dietas de contención calórica.
¿Os animáis a hacerlo?. Sé que no es la receta tradicional, está adaptada a mi y a mis circunstancias nutricionales.
Bacalhau com natas (a mi estilo)
Plato: principalCocina: paleoDificultad: Media4
porciones15
minutos30
minutosIngredientes
600 gr de bacalao (fresco desalado)
4 patatas
1/2 litro de leche
200 ml de nata líquida
1 cebolla
1 cucharada de mantequilla
Pimienta
Sal
Queso rallado
Aceite de oliva
Nuez moscada
Pasos
- Ponemos una cacerola a fuego medio y añadimos nuestra cucharada de mantequilla (podemos usar también aceite de oliva pero en las elaboraciones con lácteos yo prefiero usar siempre mantequilla). Mientras se va derritiendo picamos fina la cebolla y echamos dentro.
- Dejamos pochar la cebolla y añadimos el bacalao. Removemos un par de minutos y cubrimos con la leche. Bajamos el fuego y vamos dejando espesar.
- Mientras tanto cocinaremos las patatas. Para evitar freírlas, que es la forma tradicional, yo las he cocinado al microondas. Para ello cortamos en cubitos las patatas y ponemos en un recipiente apto para microondas (abajo tenéis un enlace). Echamos aceite y sal y removemos bien. Añadimos dos cucharadas grandes de agua y ponemos a máxima potencia unos diez minutos. Al terminar pinchamos y comprobamos que están blanditas. Reservamos.
- Tras unos quince minutos de cocción nuestro bacalao ya habrá espesado lo suficiente y añadiremos la nata líquida. En este momento podemos añadir las patatas y pimienta y nuez moscada a gusto. Removemos bien y dejamos cocinar un minuto más todo junto.
- Volcamos nuestra mezcla en un recipiente para horno (lo tradicional es en cazuelas de barro individuales) y espolvoreamos generosamente con queso rallado.
- Gratinamos en horno precalentado a 170 grados durante unos diez minutos (o hasta que la superficie esté dorada).
Consejo de Nur
- En determinados restaurantes en Portugal lo sirven con cilantro picado y en muchas ocasiones lo decoran con aceitunas negras.
- Olla al vapor para microondas
¿Aún no te has decidido a dar ese gran paso que te aleje de una vida poco saludable? ¿de verdad aún no te has decidido a cambiar? Ven, te estoy esperando.
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