Hoy no iba a hablar de dientes, hoy iba a hablar de edulcorantes, pero ayer compartí una foto de la carta que unos padres habían escrito de parte del ratoncito Pérez a su hija (era algo que tenía que ver con la alimentación y no con los dientes directamente) y entre las conversaciones paralelas que fueron surgiendo al respecto, me preguntasteis por salud dental y, viendo que despertaba curiosidad lo que os contaba, acabé decidiendo escribir el post de hoy.
Lo estamos haciendo mal, de hecho lo estamos haciendo fatal porque en la era de internet, de las intervenciones médicas a distancia, de los continuos descubrimientos a nivel metabólico celular… tenemos dentaduras débiles, desalineadas, parcheadas, ralladas. Carecemos de salud dental.
Weston Andrew Valleau Price
Dejadme que os presente a Weston Price, un dentista canadiense conocido principalmente por sus teorías sobre la relación entre nutrición, salud dental y salud física. Weston se pasó larga parte de su vida estudiando las dietas y la nutrición de diversas culturas y publicó los resultados de estos viajes y conocimientos en un libro. En éste se establece que la alimentación del mundo desarrollado moderno, rica en harinas, azúcares, alimentos procesados y grasas trans, es la causa de muchos problemas dentales: caries, mala oclusión dental, cambio de la estructura facial, pérdida de piezas dentales, etc.
Desde que nacemos, con la substitución de la leche materna por leches de fórmula, el uso de biberones, chupetes, mordedores, etcétera vamos cambiando el desarrollo de nuestros dientes. A eso le añadimos la mala alimentación, hábitos higiénicos incorrectos, reducción de la masticación en favor de alimentos más “preparados para engullir”, zumos, bebidas gaseosas… y tenemos el cocktail perfecto para acabar pasando muchas horas en la consulta de un dentista.
Este no es solo un problema estético. Hay una estrecha relación entre la salud bucodental y la salud general del organismo: Diabetes, cáncer, enfermedades renales, cardiacas y ansiedad pueden tener una clara relación con el estado de tus dientes.
¿Qué puedo hacer para cambiar mi estado de salud bucodental?
- Dieta: “Si comes azúcar se te caerán los dientes”, ¿conocéis esta frase verdad?. Pues comemos más azúcar que nunca. No es el azúcar del café, no es el azúcar de las gominolas… es toooooooodo el azúcar contenido en miles de alimentos que plagan nuestras estanterías. Prioriza la comida natural y la masticación antes que el procesado y la deglución. Cómete una naranja, deja ese zumo en la estantería por muy natural que sea.
- Higiene dental: Recuerdo que en el Master de Publicidad y Marketing (ya sabéis que tengo un pasado laboral muy diferente al actual) hablando de estrategias de ventas de producto nos contaron el caso “Colgate” y me parece interesante que lo conozcáis. La susodicha marca quería vender más, pero estaba en un punto de saturación donde el mercado parecía haberse estancado y no conseguían objetivos. Invirtieron en publicidad, estrategias de ventas, promociones, y nada daba resultado. En ésas estaban cuando uno de los empleados de la firma les dio una idea tan simple como brillante:¿Por qué no aumentaban en milímetros el diámetro de la boca del tubo de pasta y hacían que saliera más cantidad en cada cepillado? De esta forma el tubo de pasta se acabaría antes y por lo tanto habría que comprar más. Fue todo un éxito y lo sigue siendo. Con esta historia quiero haceros ver que la higiene dental, tal y como la entendemos en la actualidad, es un absoluto producto de marketing diseñada para vender muchos cepillos y mucha pasta de dientes. Lo importante es cepillarse los dientes con un cepillo lo más natural posible y si lo consideramos necesario con un poco de bicarbonato o una pasta natural. Muchos de los componentes de la pasta dental solo buscan crear una falsa sensación de limpieza con la producción de aromas y mucha espuma (siempre pensamos que la espuma limpia, de hecho cuando yo empecé a usar jabones sólidos naturales me daba la sensación de que seguía sucia por que faltaban los elementos químicos que la provocaban). Además antes del cepillado es muy bueno que usemos un hilo dental. Tanto animales como miembros humanos de tribus menos civilizadas, han urgado y urgan en sus dientes con herramientas naturales. Es importante retirar los residuos que se alojan entre las piezas dentales y para ello nada mejor que hacerlo de forma específica con algún tipo de elemento adecuado para ello. En resumen, hilo dental y cepillado solo, con bicarbonato o con algún “dentifrico” natural que podáis encontrar en el mercado.
- Flúor: Yo fui de la generación que tuve que hacer gárgaras con flúor en clase. Nos daban a todos un vasito con un “flush” de líquido rosa… y venga! un minuto a removerlo por la boca. Luego lo echábamos de vuelta al vasito y a tirar a la basura (os juro que es cierto). Lo cierto es que los niños hasta los 6-8 años deberían controlar la cantidad de fluor que debe formar parte de su cepillado diario para evitar casos de flurosis dental (condición que aparece como resultado de la ingesta de demasiado fluoruro durante el periodo de desarrollo de los dientes y que pueden provocar desde pequeñas manchas hasta perforación de las piezas dentales). Debemos respetar siempre las edades recomendadas en la pasta de dientes y como máximo que éstas contengan 1450 ppm de flúor. Recuerda también que no hay que poner un reguero de pasta que chorree del cepillo, eso está muy bien para la foto del anuncio, en casa un guisantito para el niño, un guisantito para ti.
En definitiva, una dieta correcta, con texturas y alimentos naturales adecuados junto con una higiene dental menos marketiniana y más natural no nos van a garantizar los dientes de Angelina Jolie, pero sí es probable que nos ahorren muchos problemas a futuro. Los dientes son una importante herramienta de tu cuerpo y tu sonrisa es tu mejor carta de presentación, vamos a darles la importancia que merecen.