SIBO: no es solo un pedo

Nuria Pons 

Lo cierto es que no tenía mucha intención de hablar de esta patología de forma inmediata, pero desde que os estoy conociendo a algunos de vosotros por los planes nutricionales o por las asesorías nutricionales creo que he tenido que explicar que es el SIBO en más ocasiones que de cualquier otro trastorno digestivo… y es curioso porque es algo de lo que en general nadie habla, pero por lo que veo bastantes padecen.

¿Qué es el SIBO?

SIBO son las siglas en inglés de small intestine bacterial overgrowth, es decir sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.

Ya sabéis que hemos hablado muchas veces de la microbiota intestinal y de su importancia dentro del estado de salud del individuo. Es más, a medida que los descubrimientos avanzan, las posibles implicaciones de las bacterias intestinales en nuestro bienestar parecen multiplicarse. Sin embargo esta microbiota bacteriana se sitúa principalmente en el intestino grueso, y sobretodo en el colon.  En el SIBO se produce la anómala y excesiva presencia de estas bacterias en el intestino delgado.

ANDA YA ¿CÓMO SE HAN MOVIDO? ¿POR QUÉ SE ENCUENTRAN ESAS BACTERIAS EN EL INTESTINO DELGADO? ¿HAN SUBIDO SOLAS?

Esta acumulación de bacterias fuera de su entorno natural en nuestro cuerpo, se puede deber a muchísimas y diferentes razones:

  • Procedimientos quirúrgicos
  • Fístulas o restricciones del intestino delgado
  • La enfermedad de Crohn
  • Diverticulosis
  • Dismotilidad intestinal
  • Diabetes crónica
  • Escreoderma
  • Isquemia del intestino
  • Pancreatitis crónica
  • Problemas de funcionamiento intestinal derivados de la edad
  • Infecciones virales
  • Amyloidosis
  • Hipotiroidismo
  • Sida
  • Cirrosis
  • Celiaquía
  • Síndrome del intestino irritable

Es decir, hay muchas razones, sobretodo de carácter digestivo, pero también extradigestivas que pueden llevar a un SIBO.

MUY BIEN NUR, AHORA YA ME HAS ASUSTADO. ¿PUEDO TENER SIBO?

Sin duda lo peor en cuanto al diganóstico del SIBO es que los síntomas son muy diversos y genéricos, pueden ser debidos a SIBO o a otras muchas patologías, pero en general se define por generar hinchazón abdominal, periodos de diarreas o estreñimiento, muchos gases, presión y dolor en el abdomen, fatiga y nauseas. Un SIBO extremo puede llevar a situaciones de desnutrición.

LO TENGO TODO!!! AHORA ¿QUÉ HAGO?

Tranquilizarte, puedes tener SIBO como puedes tener dispepsia como malas digestiones o gases. Si tienes sospechas de que puedes padecer esta patología porque realmente la situación de hinchazón, gases, dolor… sale fuera de lo común, debes ir a un médico que te realizará, con toda probabilidad la prueba del aliento. En caso de que las pruebas no sean concluyentes pueden pedirte un aspirado de bacterias intestinal (este es un método bastante más invasivo y caro).

No os voy a engañar, en la Seguridad Social os vais a tener que presentar con una barriga de nueve meses y volando a base de ventosidades para que os realicen esta prueba. Lamentablemente cada vez más pacientes han de optar por pedir que les realice esta prueba la sanidad privada.

VENGA, DÍMELO TODO… ¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?

Tenemos que entender que normalmente el SIBO es la consecuencia de otra patología, y por tanto hasta que esta no remita no tendrá ningún sentido tratar el SIBO porque acabará volviendo a aparecer. Por lo tanto el primer tratamiento del SIBO es averiguar su etiología, porque se ha producido y evitar que vuelva a aparecer.

Una vez averiguado y solucionada la patología que provocaba el SIBO deberemos afrontar su tratamiento desde dos frentes: farmacológico y dietético.

Tratamiento farmacológico: En cuanto a la farmacología se recomienda el tratamiento con antibioticos durante unas dos semanas y repetir las pruebas para comprobar su eliminación. Si no deberá dejarse un periodo de descanso y repetir el ciclo de nuevo.

Tratamiento dietético: En general se recomienda una dieta muy baja en carbohidratos y  en FODMAP (es decir  sin oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables). Esta dieta se extenderá más allá del tiempo de finalización del tratamiento con antibióticos hasta asegurarnos de la estabilización de nuestro intestino.

 

En definitiva, tratad este tema con cautela, no vayáis a salir todos corriendo a pensar que tenéis SIBO, pero tampoco penséis que esa hinchazón abdominal y esos gases continuos son debidos solo a malas digestiones. Al final muchas veces, no es solo un pedo.

 

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