¿Nos ponemos íntimos? El sexo y la alimentación.

Nuria Pons 

Una frase que repito mucho y que os hace mucha gracia es la de “Come con hambre, bebe con sed y folla con ganas”.  Aún nos entra la risita tonta cuando hablamos de penes, pollas, vaginas o coños y de follar, hacer el amor, masturbarse, pero la realidad es que es parte de nuestra naturaleza, de nuestro origen y  de un instinto muy importante, el de perpetuación de la especie. No me malentendáis, no soy de las que piensa que el sexo tiene, hoy por hoy, una finalidad exclusivamente reproductiva, pero no nos olvidemos que en nuestros orígenes así era. El cuerpo humano se diseñó y evolucionó para darnos placer cuando cubríamos esas necesidades esenciales que nos hacían sobrevivir y pervivir: comer, beber y follar.

Evidentemente, y como os decía antes, el sexo ahora mismo es mucho más que un método para la supervivencia de la especie. Al igual que hemos desarrollado otros sentimientos y capacidades, el sexo también ha evolucionado hacia una forma de expresión física. Deseo, amor, diversión y en las mínimas ocasiones, reproducción. El sexo es sano, es divertido, es social, es importante… Y sí, la alimentación es clave para mantener una buena salud sexual.

¿Nos vas a hablar de los afrodisíacos… las fresas y el cava a mí me ponen…?

Las fresas y el cava, las ostras, la canela… te gustarán más o menos y estimularán tu imaginación por aquello que has oído o has visto, porque llevamos muchos años y muchas civilizaciones creyendo en los poderes afrodisiacos de los alimentos, pero la realidad es que la Food and Drugs Administration desestimó cualquier relación entre alimentos y estimulación sexual. Evidentemente el efecto placebo existe y la cultura popular es muy fuerte, si a vosotros os pone a tono comer ostras o fresas… adelante, es parte más del juego del amor… pero que sepáis que, con la misma sensualidad, podríais estar comiendo un plato de lentejas.

¿Entonces a qué te estás refiriendo?

Existen una serie de micronutrientes (vitaminas y minerales) que están implicados en una vida sexual saludable.

  • Zinc: implicado en el crecimiento y la maduración sexual, entro otros procesos. Presente principalmente en semillas, cacao y ostras (vaaaaleee al final las ostras si que sirven para algo)
  • Ácido fólico: tradicionalmente recomendado a las mujeres embarazadas o antes incluso del que se produzca el embarazo para quienes lo buscan, pero también importante para que el hombre mantenga una buena calidad del esperma.
  • Antioxidantes: implicados por la mejora de la circulación sanguínea, el aumento de la líbido, o incluso en la prevención de la disfunción eréctil.

Es decir, tomar frutas y verduras en una cantidad apropiada (que es dónde obtendremos la mayor cantidad de estas vitaminas y minerales) nos va a hacer disfrutar más del sexo.

Yo es que desde que estoy a régimen no tengo ganas ni de que me toquen con un palo

Tiene una explicación. Desde luego cuando no estamos contentos con nuestro cuerpo, cuando nos vemos defectos, más gordos por ejemplo, perdemos confianza en nosotros mismos y no somos capaces de desinhibirnos. La postura sexual de “esconder el michelín” no es ni mucho menos la más plancentera.

Por otra parte la ingesta energética es también muy importante a la hora de mantener una correcta vida sexual. Dietas muy restrictivas o con un valor calórico bajo implican una respuesta sexual menor. El cuerpo humano, pone en marcha el sistema de ahorro de energía, el sexo está bien, es importante, pero nuestro cerebro nos va a indicar que, con la poca energía que nos llega, lo prioritario es almacenar y sobrevivir. Nuestros estímulos sexuales se alteran y se reprimen y por tanto no se producen funciones como la lubricación vaginal, la estimulación eréctil, etc.

En definitiva,  la clave de una buena salud sexual reside en tres puntos clave:

  1. Dar naturalidad al sexo. Conocernos, conocer, desinhibirnos y pensar que somos bellos y bellas a los ojos del que tenemos en frente (encima o debajo 🙂 )
  2. Comer sano y aportar los micronutrientes necesarios para que se produzca una correcta funcionalidad de nuestro aparato reproductor
  3. No realizar grandes restricciones calóricas ni excesivas ingestas. El sexo no es amigo de las limitaciones por ahorro de energía, pero tampoco de la pesadez de digestiones difíciles. Probad a entrar en un juego de artes amatorias con un cocido maragato entre pecho y espalda… mejor quitarnos esa imagen de la cabeza.

En definitiva, disfrutad amigos, disfrutad sin perjuicios… y sí, follad con ganas.

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