Una mamá me escribía el otro día muy preocupada por la actitud de su hija adolescente con la comida. Básicamente me contaba que no comía nada que no considerara orgánico, macrobiótico, si aditivos de ningún tipo… eso se traducía a que finalmente, por una razón u otra acababa por “no comer nada”. No es un caso aislado, un 28% de la población de los países Occidentales padece ortorexia… 28%… creo que es momento de que hablemos de ello.
Voy a dedicar un par de entradas a hablar de los TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria), origen, razones y tratamiento, porque hace un tiempo todo el mundo hablaba de la anorexia, hoy de repente ya no interesa el tema y realmente no es porque haya remitido, vamos a peor.
¿Queréis saber más?
En los últimos años varios cambios importantes se han ido sucediendo en el desarrollo de enfermedades de las consideradas de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA).
- En primer lugar se ha producido un importante aumento en el número de diagnósticos ya que cada vez más personas sufren una enfermedad considerada de este tipo (se estima que entre un 11 y un 16% de las mujeres entre 12 y 21 años sufre algún Trastorno, aunque sea leve, de la Conducta Alimentaria). En el año 2017 se diagnosticaron un 46% más de casos que el año anterior.
- El número de trastornos englobados dentro de esta clasificación ha aumentado con la aparición de nuevos desarreglos como la ortorexia o la pregorexia. La era de las redes sociales ha ayudado a fomentar nuevas formas de disfuncionalidad alimenticia.
- Cada vez hay mayor número de personas adultas afectadas por un trastorno de este tipo dejando de ser una enfermedad típica del adolescente.
Pero, ¿sabemos exactamente qué es un Trastorno de la Conducta Alimentaria? ¿y si realmente eso que nosotros consideramos normal se ha convertido en una obsesión? ¿Cuando podemos hablar de que nuestra relación con la comida se ha convertido en un problema?
Los TCA son trastornos en los que se presenta un comportamiento obsesivo y de carácter patológico frente la alimentación, ya sea por defecto (como son el caso de la anorexia o la bulimia) por exceso (como la megarexia) o por calidad del alimento ingerido (ortorexia). En general los enfermos que sufren este tipo de patologías (sobretodo aquellas con menos percepción de gravedad) no son conscientes de padecer una enfermedad, simplemente creen firmemente que están en el camino correcto y pocas veces recurren a ayuda externa hasta que se detecta una alteración física importante que pueden observar los demás. Hay un número muy importante de personas que sufren este tipo de alteraciones y que están sin diagnosticar y aquellas que finalmente son diagnosticadas en muchos casos no quieren dejarse ayudar.
FACTORES INFLUYENTES EN LA APARICIÓN DE TCA
Factores sociales y personales
Sociales: Vivimos en el mundo de la imagen, de la fotografía, del video, de la vida pública. Lo que antes se reducía a tu grupo de amigos ahora pertenece a una comunidad inmensa. Los jóvenes no deben solo aparentar frente a 20, aparentan frente a 20.000, pero además reciben el imput de personajes “publicos” perfectos, con cuerpos perfectos y vidas perfectas que lucen ropa perfecta en sus fotos de instagram. La delgadez se relaciona con belleza, con éxito, con dinero y con felicidad.
Edad: Aunque de forma tradicional este tipo de trastornos se enclavaba en edades muy cercanas a la adolescencia, cada vez encontramos más adultos envueltos en patologías de este tipo. La necesidad de destacar en el mundo laboral, social, de relaciones personales y sentimentales, hacen que cada vez más adultos recurran a un excesivo culto al cuerpo que puede desembocar en un TCA mucho más difícil de tratar que el de un adolescente.
Sexo: Las mujeres siguen siendo las protagonistas de este tipo de enfermedades tanto por defecto como por exceso. Anteriormente destacaban las mujeres con anorexia y en la actualidad cada vez se diagnostican más casos de vigorexia.
Caracter: Las personas tímidas, inseguras, con mayor predisposición al perfeccionismo y a la rigidez con normas autoimpuestas, son más propensas a desarrollar este tipo de patologías
Factores genéticos
Existen varios estudios (entre ellos el de los Doctores Alma D. Genis-Mendoza, Carlos Alfonso Tovilla-Zarate y Humberto Nicolini) que apoyan la idea de la existencia de una predisposición genética a desarrollar este tipo de enfermedades.
Factores nutricionales
La industria alimentaria juega al despiste con nosotros. Los productos light, zero, con estevia, sin azúcar… dirigidos al nuevo tipo de consumidor no hacen más que afianzar una imagen de falso cuidado, de falsa necesidad de adelgazar. No se promociona la comida real, la comida que alimenta y nutre, acompañada de una rutina deportiva, se promociona el utltraprocesado “adelgazante”, el mal producto “sin calorías”… Os cuento una cosa, la coca cola zero y light son dos de las bebidas más consumidas por las personas con trastornos de anorexia. Para muestra un botón, os copio un extracto de una entrevista que apareció hace poco en un medio de comunicación a una chica con 26 kilos de peso y 1,63 de estatura: “Esperaba con impaciencia a que llegaran las cinco de la madrugada, hora a la que me concedía el derecho a beber por fin unos tragos de coca-cola light y mis dos tacitas de té, que degustaba en una suerte de ritual eufórico, con la ayuda de la cucharilla más pequeña que pude encontrar en el mercado”
Es importantísimo que se entienda que una TCA no es exclusivamente un trastorno alimentario, es principalmente un trastorno psicológico y por lo tanto debe ser llevada por un equipo multidisciplinar que incluya psicólogos, endocrinos y nutricionistas y que nadie debe avergonzarse ni ocultar un trastorno de este tipo. El primer paso hacia la curación es aceptar que se tiene un problema.
Si tienes sospecha de que alguien en tu entorno puede sufrir una patología de este tipo puedes ponerte en contacto con Adaner, una organización sin ánimo de lucro que presta ayuda a afectados (y familia) por TCA.