No, no os equivoquéis, no es un bizcocho más. Está esponjoso, no es del todo seco ni muy húmedo, aguanta bien el paso de los días y está dulce en su justa medida. Para mí el mejor de mis bizcochos, para el señor que duerme a mi lado el mejor sin gluten que ha probado… ¿Sabéis lo mejor? Nació de la absoluta improvisación de una tarde en la que la peque estaba más aburrida de lo normal y quiso ser cocinera como mamá. La mitad de los ingredientes son suyos, así que supongo que tengo en casa a una futura Carme Ruscadella (ojalá, pero que sea lo que ella quiera).
En fin, no os entretengo más, receta hoy rápida, sencilla, sabrosa y con horno (que ya sé que los microondas no os gustan tanto). ¡A ponerse los delantales, tribu!
Bizcocho de plátano y persimon. No, no es uno más.
Plato: Postres y dulcesCocina: Sin glutenDificultad: Media6
porciones5
minutos25
minutosIngredientes
2 plátanos medianos
1 persimon pequeño
1 cucharada de miel (o cinco dátiles)
1 cucharada de mantequilla de fruto seco (yo usé de avellana) o de mantequilla normal
5 cucharadas de harina de almendras
4 claras de huevo
1 cucharadita de levadura química
Nibs de chocolate negro y avellanas
Pasos
- Ponemos en un bol los plátanos cortados, la harina y las claras y batimos hasta obtener una masa homogénea. Añadimos la miel, la mantequilla de frutos secos (a temperatura ambiente) y la levadura química y volvemos a batir bien.
- Precalentamos el horno a 170 grados con calor arriba y abajo.
- Volcamos nuestra mezcla en un molde apto para el horno (si no es de silicona es mejor que lo engraséis un poco) y mezclamos nibs de cacao y avellanas tostadas y peladas entre la masa.
- Horneamos 10 minutos a 170 grados, mientras tanto cortamos nuestro persimon en láminas.
- Sacamos la bandeja del horno y depositamos con cuidado nuestras rodajas de persimon sobre el bizcocho. Pintamos con un poco de miel disuelta en agua caliente (apenas un dedo de agua) y horneamos unos diez minutos más o hasta que al pinchar con un palillo este salga completamente límpio. Dejamos enfriar antes de desmoldar.
Consejo de Nur
- El consejo de hoy no es de cocina, es de vida: Dejad entrar a los niños en la cocina, dejad que se manchen, que se llenen de masa, que metan los dedos en la compota, que disfruten del hecho de cocinar aquello que luego se van a comer. Mi peque nunca es tan feliz como cuando se come algo que ha hecho ella, como este bizcocho.