Nosotros nos tomamos muy en serio el seguimiento del blog. Casi cada día vemos las visitas que nos hacéis, las búsquedas que realizáis, desde dónde os conectáis y, por supuesto, qué páginas consultáis. Todo este trabajo, mucho más aburrido que cocinar, es el que nos aporta información sobre que es lo que os gusta leer, las recetas que más os atraen y cuales se quedan en el olvido. En general, todo lo que publico, sea lo que sea: una receta de sopa, una entrada sobre salud o el resumen de comidas semanales, es el protagonista de las visitas al blog durante ese día y dos os tres días después. Lo interesante es ver aquellas recetas que permanecen, que hace tiempo que publicamos y que, de forma general, aparecen diariamente en las estadísticas, aquellas que se han convertido ya en un clásico. De entre estas últimas, hay unas claras favoritas, las recetas de pan…
Bueno, lo hemos dicho mil veces y lo diré mil una, por mucho más sano que sea nuestro pan, nuestros pasteles, nuestros muffins, o nuestros postres, deben ser absolutas excepciones en la dieta. Lo principal es alimentarse de forma sana, equilibrada y con un aporte equilibrado de proteínas, verduras y grasas saludables. El pan que os voy a presentar hoy, a mí me dio para unas diez rebanaditas, y solo la harina de almendras utilizada supone 564 kilocalorías. Es evidente que el aporte nutricional y calórico del pan (no de éste, en general) no compensa, y, por lo tanto, es mejor que aprendáis a comer sin él.
Dicho esto, para algunos de vosotros tomar una rebanadita de pan es un placer que necesitáis alguna vez. Os entiendo, a mí también me pasa. Luego me hago una hogacita, me la como en unos días y no vuelvo a pensar en ello hasta pasada una buena temporada. Si esta es vuestra situación, adelante, seguid leyendo que hoy vamos a hacer un nuevo tipo de pan.
Yo tenía ganas de un pan blanco, más bien tipo hogaza. Loas panes de semillas y de plátano o calabaza adquieren colores oscuros que no se me hacen tan apetecibles. Este es blanco impoluto y me recuerda bastante al pan de molde. De hecho, yo os diría que para mi es imprescindible tostarlo. De otra forma, me recuerda demasiado a un bizcocho salado. Ahora sí, tostado…, con un poco de tomate y aceite…,con un paté casero o un poco de salmón…
Ñaaaaaaaaaaaaaammmmmmmm
¿Lo queréis probar? Id encendiendo el horno.
Pan blanco paleo (sin gluten, sin lactosa)
Plato: PanesCocina: Sin glutenDificultad: Baja10
minutos35
minutosIngredientes
100 gr de harina de almendras
1 cucharada de harina de coco
3 huevos
1 cucharadita de levadura sin gluten
1 cucharadita de sal
Semillas para decorar (sésamo, amapola, pipas… lo que más os guste)
Pasos
- Calentamos el horno a 180 grados.
- Ponemos todos los ingredientes excepto las semillas en el vaso de la batidora y batimos bien hasta obtener una masa homogénea. Yo ya tengo acostumbrada la vista a los tipos de masa, pero vosotros tenéis que ver que no quede ni muy líquida ni muy sólida, un poquito más espesa que para unos crepes.
- Volcamos en un recipiente apto para el horno (si es necesario pintaremos un poco las paredes con un poco de ghee).
- Ponemos encima las semillas elegidas y horneamos durante unos veinte minutos o hasta que al pinchar con un palillo salga completamente límpio.
- Apagamos el horno y dejamos diez minutos dentro.
- Sacamos con cuidado del molde y dejamos enfriar sobre una rejilla para evitar que se humedezca.
Consejo de Nur
- Ya os lo he dicho, para mí es un pan que hay que comer tostado, en crudo se me asemeja demasiado a un bizcocho (de hecho con la misma masa pero añadiendo solo una pizca de sal y una cucharadita de miel obtenéis un bizcocho impresionante para bañar en chocolate o rellenar de compota). Si le añadís alguna hierba aromática, como romero, u orégano o incluso ajo en polvo, conseguiréis versiones diferentes del mismo pan. Es tan fácil… que casi da vergüenza no hacerlo.